El nuevo edificio de la Escuela de Ingenieros de Caminos se une físicamente mediante un puente acristalado de dos alturas al ya existente edificio de servicios centrales.
El uso principal es docente y se completa con biblioteca, hemeroteca y las zonas de trabajo en equipo.
Edificio exento, con cuatro fachadas de vidrio de concepción racionalista. La modulación esta regida por el despiece de los paneles de vidrio del muro cortina, dónde se aprecia la división entre los distintos niveles por medio de elementos opacificados.
La esquina del volumen cobra protagonismo al situar el acceso principal a doble altura, convirtiéndose en un elemento de unión entre las fachadas Este y Sur. Por la noche el edificio de Caminos se convierte en una caja de luz.